El arte popular en las montañas de Ciudad Bolívar con las niñas y niños como protagonistas y empoderados. Agosto 2011
HERENCIA DE LA LOMA
Un espacio para el intercambio de experiencias alrededor de lo que significa vivir en los barrios populares de Bogotá- Colombia.
viernes, 11 de noviembre de 2011
jueves, 10 de noviembre de 2011
DÚO(s) DINÁMICO: INFANCIA – JUVENTUD Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
El quinto poder
“Un movimiento espontáneo, sin formas, fragmentado, en principio juvenil —después la cosa se volvería más variopinta— que, sin embargo, ha logrado reunir en la Plaza de Sol, ininterrumpidamente, a más de 10 mil almas día tras día, algunas más coléricas que otras, pero en todo caso con un código común: el hartazgo.”
Y agrega:"Al cierre de esta edición la histórica manifestación la refrendaban los números: más de 250 mil seguidores en Facebook, casi 40 mil más en Twitter, además de un canal de televisión por internet (Soltv.tv) que transmite en vivo la concentración. “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, se oye arengar con insistencia en la Puerta del Sol.”2
viernes, 2 de septiembre de 2011
viernes, 10 de septiembre de 2010
CONCIERTOS Y DESCONCIERTOS... CON LAS BARRAS BRAVAS
Llego la hora de salir y del encuentro de las dos manadas. Eran las 10:30 p.m. Los que dejamos atrás a las Princesas y los Escorpiones caminamos hacia la carrera treinta entre unas 15.000 almas rockeras buscando bus, taxi o algo de comer. El otro grupo aún en su cuento hablaban, se embriagaban, reían. La composición de estos grupos no tenía nada distinto, ambos tenían gente joven en su mayoría, algunos adultos, disfrutando, gozando la noche en la ciudad. No obstante, nos encontramos con cinco de ellos, una mujer y cuatro jóvenes en una aptitud hóstil coreaban cánticos alusivos a su equipo del alma, hablaban de la gloria de su equipo de fútbol del alma por el cual celebraban y vivían. Si, nos dimos cuenta que pertenecian a las barras bravas. Eran jóvenes con ansias de pelear, de golpear al mundo, de ser incómodos incluso hasta su propia ropa.
Empezaron a tumbar ladrillos y otros objetos que señalizaban una obra, hablaban fuerte, se venían en una aptitud agresiva y retadora. Los que estabamos cerca o pasabamos, los evitabamos, quedándonos atrás o pasándolos rápido; hablabamos algo en voz muy baja como en actitud de protección y quizás con algo de miedo para esquivar los encuentros desafortunados de los que sabemos protagonizan estos personajes. Pero el zapato encontro su horma, por fin encontraron a una presa de su deseos, era un joven de unos dieciocho años que iba con su novia; su hombro rozo, o provocaron el roce con uno de ellos motivo para que terminaron cuatro de ellos encima con arma blanca tratando de agredirlo y solo la joven que los acompañaba los pudo parar. Quienes pasabamos solo le deciamos que lo dejara y con una impotencia en la boca y en las manos por no podernos acercarnos a defender nuestro derecho a sentirnos tranquilos en una calle cerca al Campín. No nos fuímos hasta ver que el joven tomara su camino.
El joven fue apuñaleado en una pierna y golpeado en la cara, ya lejos de ellos lo unico que decía con ganas de llorar era que solo pueden hacer estas cosas en parche, solos son unos cobardes. Y lo son. Por fortuna, no fue grave la herida pero por un instante y por ese instinto que han desarrollado de bandolero, estos jovenes casi arrebatan una vida más, de esas que a diario se escapan en nuestro país. Al parecer los chicos de la barras bravas lesionan y se burlan de la muerte, de la gente, de la puta sociedad, pero no pueden ni quieren burlarse de la máquina de consumo que vende violencia y pocas alternativas de educación y trabajo, de quienes tienen a los jóvenes desde hace décadas como enemigos de la sociedad y copiando un poco de hooligans, con bandas criminales que polulan en Colombia, con xenofobia.
Pasado el susto y en el taxi, recordaba con ironía que la última del escorpion en su concierto (con un poco de desconcierto por no la cantarla completa) era:
Take me to the magic of the moment
On a glory night
Where the children of tomorrow dream away
in the wind of change
En realidad todos los tiempos tienen cambios.
lunes, 1 de febrero de 2010
Recuerdos...
Lucecitas en la loma, veo…
Cuando en el bus del trabajo, veo…
Pendidas de esperanzas
Cargadas de ilusiones
Lucecitas en la loma
Veo…[1]
Recuerda cuanto nos costo armar con palos, tejas, rollos de paroi el primer ranchito y en las largas noches, hacer la fila en la pila del agua o los tanques. Recuerda cuando saltamos zanjas y alguna vez caímos entre el barro. Cuando salíamos corriendo con los galones para el cocinol. Cuando teníamos que ir a “Bogotá”, bajar la loma y llegar a San Francisco con los zapatos embarrados y con un par de cambio listos para ponérselos antes de subir al bus. Luego, soportar los apretones del bus hasta atravesar la ciudad. De regreso al rancho, aún lejos destellan “las lucecitas en la loma” al principio tenues por la luz de contrabando y luego resplandecientes, enceguecedoras.
Recuerda también, que al bajarse del bus tomaba respiración profundamente para disponerse a subir la loma; sino estaba muy cansado de nuevo se cambiaba los zapatos, si eran tacones era casi una obligación. Cuando subía la loma el tiempo alcanzaba para pensar en tener escaleras eléctricas que evitara la subida, tener el ahorro para mejorar la casita o mejor no tener que pensar en nada después de una larga jornada de trabajo, llegar al rancho a descansar… este era el momento de pensar en lo propio. Subir la loma servía en ocasiones para jugar con uno mismo a batir su propio registro -¿Cuánto me voy a demorar subiendo?- pero también parar hacer varias paradas y mirar “Bogotá” tratando de identificar el sitio de donde venía que en la mayoría de casos era muy lejos. Al llegar al plan con la respiración entre cortada y el corazón acelerado, empezaba a saludar a las y los vecinos de la calle Principal, Los Libertadores, La Macarena o La Amistad, ¡¡ah…qué alivio, ya era estar en casa!! No importaba que fuera solo un ranchito, era mi rancho.
Estos son recuerdos compartidos de nuestras familias fundadoras del barrio Juan Pablo II en Ciudad Bolívar hace 28 años que han edificando para sus hijas e hijos solidaridad, perseverancia e insistencia revelados en una plazoleta cultural, hoy patrimonio local y distrital en el que se comparten eventos como el Aniversario del barrio cada 20 de julio celebrado hace 22 años, la Semana Santa, los múltiples eventos de rap, música colombiana, danza, teatro y hasta cine. Durante más de dos décadas Juan Pablo II ha venido aportando a la formación de identidad local y construcción de ciudadanía con este escenario único en la localidad 19 de Bogotá.
Los productos obtenidos en esta investigación son frutos de exhaustivas y maratónicas búsquedas de información sobre un lugar entre millones existentes en el país en los cuales deseo entrar. La verdad me hubiera gustado tener más horas para seguir encontrándome con la gente que se mete al barro, propone y hace, porque han fomentado el cimiento más importante para transformar una sociedad: la solidaridad de clase. Con pocos de ellos logre gratificantes horas de entrevistas, alegres conversatorios, discusiones apasionantes y una calurosa fisgoneada de cientos de fotos familiares y de grupos.
jueves, 17 de diciembre de 2009
Bienvenida
Les invito a compartir en este espacio los olores y los sabores de las lomas, un lugar en donde se entrecruzan la experiencia humana con las problemáticas sociales de las comunidades y la vida se abre paso a pesar de todo.
Fraternalmente,
Elizabeth